Hace unos años, durante el golpe de Estado de Honduras, un hombre dijo “hoy nos levantamos porque al fin hemos entendido la relación entre la política y los frijoles”… y no sólo los frijoles, también el maíz, el trigo y los jitomates. El dólar también entra en esta relación en lo que se conoce como Política Cambiaria.
¿Por qué?
La mayoría de los productos agrícolas se importan y exportan, por lo tanto sus precios son determinados en gran medida por el mercado internacional y el tipo de cambio de manera conjunta.
¿Cómo afecta esto a la cadena agrícola?
México tiene un déficit de fertilizantes por poco más de 10 millones de toneladas al año, e importa 4.2 millones de toneladas para abastecer el agro nacional.
Es por eso que hoy en día los productores se ven en la necesidad de importar cerca del 80% de los fertilizantes y las semillas; así mismo la maquinaria necesaria para trabajar el campo se paga en dólares. Mientras que lo que producen lo ofertan generalmente en el mercado nacional cobrando en pesos. Es decir, compran caro y venden barato, desbalanceando la economía interna.
Los agricultores se ve presionados por dos factores claves: Los costos productivos y los precios de cosecha.
Un ejemplo claro de ello es el incremento en los costos de producción del cultivo de maíz, el cual en Puebla se estima tenga un incremento del 60% en comparación con el ciclo pasado; esto debido al alza no solo de los fertilizantes sino también de los combustibles utilizados para el arado de las tierras.
Ya en años anteriores, hemos observado que el comportamiento del precio frente al dólar ha aumentado los precios en los fertilizantes hasta en un 17% de un año al otro. De finales del 2016 a la fecha, diversos insumos agrícolas han venido presentando un incremento notorio en sus precios:
Urea: 2016 a 2018 incrementó un 9.7%,
Precio promedio por tonelada 2018: $8,411.34
Sulfato de potasio: 2016 a 2018 incrementó un 0.33%
Precio promedio por tonelada 2018: $15,241.61
Siendo el sector primario la base de nuestra economía; este juego entre costos productos y precios de cosecha afectan a toda la economía del país:
El agricultor adquiere los insumos a un mayor precio debido a que son importados,
Se incrementan sus costos en materia prima (semillas, fertilizantes, pesticidas, maquinaria, etc.),
Se ve obligado a ajustar sus gastos internos para lograr obtener una ganancia de su cosecha,
Disminuyen los sueldos de los jornaleros y aumentan sus jornadas laborales, o en su defecto se desplazan altos porcentajes de ellos para abatir costos y poder seguir adquiriendo insumos día a día más costosos.
Los que no pueden mantenerse competitivos rentan o abandonan tierras y recrudeciendo la necesidad de importar productos agrícolas para alimentación o para semilla y así sucesivamente.
La Ventaja oculta en la problemática.
A pesar de la situación desbalanceada en la que se ve envuelta la agricultura, no todo panorama tiene que ser negativo. Cambiando el enfoque, se pueden hallar áreas de oportunidad, en este caso son las exportaciones.
Estas permiten a los productores, por un lado, ofertar sus cultivos a un precio más alto y hay que considerar también que las exportaciones cuentan con diversos fomentos y apoyos, tanto económicos como informáticos puesto que generan un impacto positivo en la economía del país atrayendo riqueza y fortaleciendo el país
Por otro lado y definitivamente de mucha mayor importancia para el fortalecimiento de nuestro país se encuentra también la apertura y el trabajo colaborativo con el mercado nacional. Así, la situación nos obliga a buscar y ofrecer alternativas rentables, efectivas, de la mayor calidad que además tienen el potencial de responder a nuestras necesidades específicas.
Ahora bien, si como productores o empresas, mejoramos nuestra oferta y si los consumidores a su vez nos dan la oportunidad, podremos demostrar de lo que somos capaces de lograr juntos.
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